Así se desprende un trabajo fin de máster de la UPNA creado por Ingeniero Luis Diego Díez para gestionar más eficazmente los recursos.

El Ingeniero Técnico Agrícola (ITA) y licenciado en Ciencias Ambientales ha cursado un máster de Agrobiología Ambiental impartido de forma conjunta por la UPNA y por la UPV, donde en su trabajo fin de máster “Huertos jardín en el entorno urbano, una propuesta para la ecociudad de Sarriguren”, propone un modelo alternativo para gestionar una parte de las zonas verdes en la trama urbana mediante actividades hortícolas, lo que permite una gestión más eficaz y sostenible de los recursos.

Entre los puntos clave del diseño propuesto destaca un diseño atractivo, creación de parcelas pequeñas y próximas a las viviendas, la posibilidad de integrar el compostaje de los residuos orgánicos producidos en los hogares y complementar el cultivo de hortalizas con otras plantaciones.

Sarriguren fue concebida como referente de ciudad sostenible. Su planeamiento se basaba en criterios de construcción bioclimática, ahorro de energía, gestión de residuos, mejora ambiental, etc, donde el desarrollo de este tipo de iniciativas hubiera encajado a la perfección, aunque finalmente no llegaron a plantearse. Sin embargo, Sarriguren dispone de una amplia superficie verde, ocupada por césped, que ofrece la posibilidad de poner en marcha esta propuesta de huertos urbanos”, indica el autor del trabajo.

Según explica, los objetivos de este modelo de gestión son mejorar la calidad de vida de los ciudadanos, fomentar la interrelación social, enriquecer el entorno urbano aumentando la biodiversidad, desarrollar la agricultura ecológica a pequeña escala y mejorar la gestión de los residuos orgánicos.

En la propuesta se plantean dos diseños de lo que se denominan huertas-jardín, destinados a zonas con césped. Uno de ellos, orientado a un parque público (en este caso, el parque central de Sarriguren), tendría 13 parcelas de unos 45m2 y 300 m2 para zonas comunes (área de compostaje, zona de riego, cajón de herramientas, semillero y zona de encuentro y descanso).

El otro diseño consiste en un parque para una comunidad de vecinos. Tendría una superficie de 400 m2 (20×20), con 9 parcelas (6 para el cultivo, 2 para uso público con bancos y otra para compostaje, riego, etc.).

En el caso de la comunidad de vecinos estudiada, por ejemplo, se ha calculado un coste de 11.000 € que quedarían amortizados en 11 años pagando la comunidad lo mismo que paga ahora por el mantenimiento del parque; y a partir de entonces, esa comunidad se ahorraría más de 1.000 € al año con este nuevo planteamiento”.